Frenazo en seco de la financiación

La subida de tipos de interés del BCE provoca una caída del 70% de las operaciones corporativas

El BCE en la encrucijada: reprimir la inflación o dar un respiro a la banca
Christine Lagarde, presidenta del BCE

El endurecimiento de la política monetaria que hoy continuará con una nueva subida de tipos de interés de entre medio punto y un 0,75 por ciento a cargo del Banco Centra Europeo está frenando en seco, hasta un 70%, las operaciones corporativas en la zona euro, así como la actividad de los fondos de capital riesgo por falta de financiación, según uno de los principales responsables de la banca de inversión internacional.

En su opinión, la escalada de los precios en los principales países desarrollados y sobre todo el nivel previsto de la inflación subyacente, que es la que mide las tensiones de fondo del sistema -al despejar la volatilidad de la energía y del coste de los productos alimenticios-, exige continuar elevando los tipos de interés con determinación, «y somos los principales interesados en que esto se haga así para que esta estrategia surta efecto cuanto antes y se vaya despejando la actual incertidumbre».

La consecuencia a corto plazo es que «ahora mismo no hay crédito ni entidades dispuestas a prestar dinero. Sólo se refinancian las carteras de deuda que van a vencer pero por obligación. Esta situación representa un contratiempo para el ‘private equity’ -las firmas dedicadas al capital riesgo-, que hacen sus operaciones a través del intercambio de acciones y luego de deuda», indica otro ejecutivo de una de estas firmas con importante presencia internacional.

«En estos momentos, los bancos están parados, en una situación de ‘wait and see’ (esperar y ver) hasta que se perciba con certeza la cota máxima que alcanzarán los tipos de interés y se empiece a comprobar su efecto en la contención de la inflación», apuntan los medios consultados.

Por el momento, los mercados creen que los tipos de interés podrían estabilizarse en torno al 2,5% en Europa a mediados del año próximo, aunque otros analistas como es el caso de Funcas tienen la impresión de que esta cota podría llegar hasta el 3%. En Estados Unidos, donde la política monetaria es más agresiva y el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, ya ha mostrado su determinación de cortar en seco el crecimiento de los precios aun provocando una contracción económica, los inversores opinan que los tipos podrían situarse en torno al 6% a finales del año próximo.

Este desacoplamiento entre la evolución de los tipos en América y en Europa también es contemplado con temor por las entidades financieras porque podría afectar a la paridad entre el dólar y el euro, y la debilidad de la moneda comunitaria tendría consecuencias inflacionistas a través de la importación de materias primas para la producción de energía, que están denominadas en la divisa americana.

En España sólo Banco Santander, y en bastante menor medida BBVA, se dedican a financiar operaciones corporativas y de ‘private equity’. A nivel mundial es sobre todo la banca americana, con los gigantes Citi y JP Morgan a la cabeza,  los que están posicionados a fondo en este mercado, así como la banca francesa. Estas entidades no han cesado del todo de prestar financiación para este tipo de operaciones, pero se han retraído en Europa, donde no ven las cosas claras, la imagen sobre la evolución de la coyuntura es peor y también más alta la desconfianza sobre la voluntad del BCE de atajar con rotundidad las presiones inflacionistas.

Los responsables de la banca de inversión internacional consultados insisten en que «hasta que la subida de tipos de interés toque techo y la inflación se reconduzca y empiece a reducirse la situación de estancamiento en la financiación va a seguir así, y todavía no ha llegado el invierno, cuando se pueden acelerar las tensiones en los precios energéticos».

El parón en las operaciones corporativas y en la actividad de los fondos de inversión supondría una quiebra de la tendencia seguida hasta el primer semestre de este año, antes de que el BCE comenzara a subir tipos, que registraba un récord superior a los 5.000 millones solo en España.

 

 

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